Abue
Tu manto de ternura
mañanera
Se lanzó a mis pies
Alfombra de amor
Bosque adentro
Me amaste por dentro
Desde que el cielo
se asomó
A tus narices
Y reíste
Como ángel caído del
cielo
Y bajaste tu
sombrero…
Mar adentro
Arando el nuevo
Mundo, sabiduría en
lo profundo
En el manto que me
nombra
En la caricia que no
se asombra
De hacer camino en
cada huella
Con apenas vida, en
unos pasos
Me bajaste una
estrella.
Y sentí tu pañuelo
Cascada
Que lavó mi mancha
Del rostro de mi alma
Visité el amor cada
mañana
Cuando a penas subía
la cuesta
Para besar el manto
Con el que
El caficultor diseñó
su huerta.
En tus aleros
Fui grano en tu
granero
Sin ser molido
A tus pies me resbalé
Te amé
Como fruto fecundo
Cada pincel al
horizonte
Y pintaste un monte
De color y de Fe
Siempre te amé
Y me asomé a tu
sombra
Y quizás el que me ve,
te nombra
Porque sé que copié
Del carbón la sombra
De verte parado a mis
pies.
Alzo tu nombre
Otra vez
Hasta surcar las
huellas indelebles
De los que no se
marchan
Con el que ya se fue
Fresco roce
De amor ancestral
Y tú me amaste en el
umbral de la sonrisa
Del rocío
Y me dibujaste una
historia en cada paso
Y me amaste desde el
primer segundo
En el que toqué tu regazo
Amor me regalaste en
tus brazos
En cada surco y cada huella
Con sabor a mágica hacienda.
Perfume del cacaotal,
Banana coqueta que
desde sus vainas
Promete vida a la
espesura
A las alambradas perennes
De tu bosque de dulzura
Testigo de tus
mañanas frías
Armonía
Aroma de la sabiduría
Café cernido, fragancia
De la risa mía
Me dibujaste con las
hojas
De cada día
De cada arbusto a
nuestro pasos
Pintaste la Falda a
la primavera
Eres aun,
En tus colinas de
vida
Nido que al amor
hospeda!
Cordillera